sábado, 11 de diciembre de 2010

Capitulo 4: Ella

Disculpen por el atraso pero debido a cuestiones externas que estan fuera de mi alcance no pude postear este capitulo hasta el dia de hoy , ojala y les agrade.

"En ocasiones algunas personas se preguntan que será de sus vidas mientras que otras les importa un comino y 'viven' cada instante. Nunca me considera de alguno de esos 2 bandos, pero si razonaba mucho que mi vida carecía de sentido y más ahora.


Las cosas se han complicado, hace un par de horas Portier y yo nos separamos en esta inmensa refinería, él buscaba a un tal Andrew McRogers, no me atreví a preguntar referencias, mi colega me dijo que localizara la 'sala 42’, que tomara todos los documentos posibles y que lo esperara ahí. No comprendo para que llegue a Innsmouth desde un principio, menos para que lleguemos a esta refinería.

Caminé por el inmenso lugar buscando aquel cuarto, lo hacía con cautela como cuando un depredador acecha a su presa, silenciosamente, pero yo tenía temor de que alguien o algo saliera de la nada, justamente llegue a un pasillo donde a lo lejos se escuchaba a una mujer sollozar, cualquier otra persona no se hubiera acercado a ver que ocurría, yo lo hice por inercia, como si conociese que lloraba.

Llegue a una habitación vacía, en donde una joven lloraba en un oscuro rincón de aquel funesto lugar, me acerque ella pensó que le haría daño pero le dije 'Tranquila, yo también estoy en problemas, vamos, una mujer no debe estar en un lugar como este' Ese no era yo, era alguien que al que le preocupaba aquella dama.

Su nombre, Frida, no quiso nada solo que iba a Miksiwic un pueblo cercano a Innsmouth pero el tren se desrieló y en un abrir y cerrar de ojos estaba en una clínica amarrada a una camilla, tampoco quiso decirme como escapo la verdad estaba más concentrando en admirar su belleza.

Su blanca piel, su castaño cabello y sus verdes ojos en conjunto con su llanto hacían que a cualquiera se le rompiese el corazón, la levante cuidadosamente temiendo a que algo le pasara a su delicada figura, salimos de aquel lugar, y de pronto la prioridad no era ir a aquella sala ni encontrar a Portier, era protegerla y que saliera de este infierno sin ningún rasguño.

Llegamos a la sala tomamos los documentos necesarios y esperamos a Portier, el cual no tardo mucho, pero su gabardina estaba manchada de sangre, parecía y aun parece agitado por lo que hizo. Hemos emprendido la huida y seguimos en eso, al parecer hay una luz al final de este oscuro túnel. . ."





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